jueves, septiembre 28, 2006

últimos entrevistados

El martes hablé con Alberto Cubillos, prefecto en retiro de Policía de Investigaciones, actual coordinador estudiantil de la Escuela de Criminalística de la UTEM y volví a hablar con el Ex carabinero que hace clases en la Universidad del Mar en Arica (hablé por Messenger, para confirmar la ciudad y la institución donde hace clases).
El miércoles, costó pero conseguí hablar con el Capitán Jorge Romero, jefe del Laboratorio de Documentología del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (LABOCAR).
Cubillos me mencionó la importancia del elemento CSI para el boom de esta carrera. Le conté lo que me dijo Víctor Demaría, el abogado de la defensoría (acerca de que prefería a ex funcionarios policiales con 200 peritajes en el cuerpo en lugar de un egresado universitario con promedio 6,5) y defendió a sus alumnos argumentando que esos ex policías a los que prefiere el defensor seguramente salieron de las instituciones por algún problema en su desempeño y que es probable que no tengan la altura ética para llevar a cabo este trabajo. Me dijo que en estos momentos había 4.800 estudiantes cursando las carrerras de Perito (en sus cuatro menciones) y Licenciatura en Ciencias Criminalísticas en la UTEM.
En Investigaciones existe un programa denominado Plan Minerva que pretende incorporar a 1600 profesionales de todas las áreas en cinco años. Carabineros no cuenta con ningún programa de ese tipo (varios alumnos me manifestaron su intención de ingresar a la policía luego de titularse), además el capitán Romero me dijo que ellos mismos capacitan a sus peritos y que no cuentan ni con tiempo ni con espacio para que los egresados de las universidades se incorporen a sus funciones.

domingo, septiembre 24, 2006

el defensor

Hablé con un abogado de la defensoría (Victor Demaría, defensor jefe de San Antonio) y me dijo varias cosas que me parecieron interesantes. Estas son algunas. Respecto a los cupos que habrá en el mercado laboral para los peritos criminalísticos, dijo: “El número de peritos que requiere la defensoría es limitado y el Ministerio Público, EN GENERAL recurre a los miembros de la policía de investigaciones o carabineros de chile”.
En lo referido a las preferencias que se podría tener para escoger a un perito u otro, el abogado señaló: “a la hora de elegir, en lo personal, opto por peritos exmiembros de instituciones públicas (Investigaciones de Chile, Carabineros o Servicio Médico Legal), con experiencia profesional reconocida en el tiempo” y luego agregó, “Lo primero que un fiscal o un defensor debe hacer al enfrentar a un perito propio es ACREDITARLO es decir probarle al tribunal que es una persona CON EXPERIENCIA EN LA ESPECIALIDAD, con currículum destacado, con muchas pericias en el cuerpo, con reconocimientos etc. Es decir transmitirle al tribunal que aquella persona que se les presenta es digna de crédito y por ello deben darle la razón a mi teoría del caso”.
Y al ser consultado acerca de que si es necesaria una preparación de tipo universitario, el abogado señaló lo siguiente: “Me parece que en algunas especialidades puede ser necesaria, en otras me parece que la experiencia vital puede ser preponderante. No me cabe duda que no servirá de mucho un perito balístico universitario titulado con nota 6,5, frente a un ex funcionario de Investigaciones, con 400 pericias en el cuerpo. El ser perito es sinónimo de experticia en un campo técnico y ello requiere formación teórica pero primordialmente trabajo en terreno”.

martes, septiembre 12, 2006

EL ETERNO JUAN LUIS MARTÍNEZ

Federico Zurita Hecht
Muerto hace trece años el poeta porteño ha logrado capturar la atención de un reducido pero fiel grupo de seguidores, quienes han corrido la voz de lo inusual, de lo particular, de la leyenda del autor de La nueva novela, el libro más caro de la poesía chilena.

“No te puedo prestar el libro, pero si quieres puedes venir a leerlo aquí, en mi oficina, donde mis ojos te vean”, dice Matías Ayala, Licenciado en Filosofía, luego de que uno de sus alumnos en la Universidad Alberto Hurtado le pide prestado su ejemplar de La nueva novela, el primer libro de poemas publicado por Juan Luis Martínez en el año 1977. Es que no se trata de cualquier libro, sino de una de las obras más originales producidas por algún autor nacional; uno que además vivió en un permanente intento por desaparecer como autor, residiendo siempre en provincia, alejado de los círculos literarios y manteniendo una férrea reticencia a ser fotografiado y a dar entrevistas. “Cuando había una grabadora se quedaba mudo”, recuerda su viuda, Eliana Rodríguez.

Martínez conoció a cada uno de los compradores de su libro y luego de su muerte, en 1993, fue su propia viuda la que se hizo cargo de su ‘distribución’, si es que se le puede llamar así al sistema que utilizó y que más bien consistía en no hacer nada y esperar a que los compradores llegaran. Y por cierto, llegaron. Se corrió la voz de la existencia de este libro que costaba más de 100 mil pesos y que estaba a medio camino de ser un libro de poemas y una obra plástica. Hoy el libro puede ser encargado en la librería Metales pesados por 160 mil pesos. Esto y otros elementos, como el interés de unos físicos extranjeros por la obra de Martínez y los comentarios del crítico de El Mercurio Luis Vargas Saavedra, acerca de que este poeta y su obra no eran más que un invento de los poetas Pedro Lastra y Enrique Lihn, avivaron el fuego del mito. Pero Juan Luís, de invento, nada.

Uno que otro dato. Martínez nació en la ciudad de Valparaíso en el año 1942 y desde la adolescencia ya se interesó por cultivarse en el conocimiento de las matemáticas, la filosofía y el arte. “Juan Luis hacía la cimarra con el Jaiva grande, Eduardo [Parra], y se iban al cementerio a leer”, advierte Eliana Rodríguez y agrega: “él tenía revolucionado todo Viña y Valparaíso; era un personaje, un vikingo con unos risos que le llegaban a la cintura, muy alto, era hermoso en esa época y andaba en la primera [moto] BMW que llegó a Chile”.

Fue luego de un accidente en este vehículo que en su convalecencia decidió dedicarse a la literatura, luego de leer a Lewis Carroll y a Vicente Huidobro. Su primer libro, Pequeña cosmogonía práctica, estaba listo para aparecer en 1973 por Editorial Universitaria, pero el golpe de estado de ese año acabó con el proyecto y el libro no vio la luz hasta el año 1977 bajo el sello del propio autor (Ediciones Archivo) y con un nuevo título: La nueva novela. Quinientos ejemplares constituyeron esa primera edición. Al año siguiente apareció su objeto poético La poesía chilena, que era una pequeña caja que contenía en su interior fotocopias de los certificados de defunción de Pablo Neruda, Gabriela Mistral y Vicente Huidobro. Y en 1985 apareció la segunda edición de La nueva novela, con mil ejemplares. Después vino el retiro en su hogar en Villa Alemana, donde Martínez recibía a todo el que deseara llegar, especialmente jóvenes, con los que se podía pasar horas conversando. Cristóbal Joannon (31), Periodista y Licenciado en Filosofía, fue uno de esos jóvenes quien, en 1993 con sólo 18 años, conoció al poeta. “Me dijo, si tú tuvieras cuarenta años probablemente yo no estaría dispuesto a conversar contigo”, cuenta Joannon. Eso ocurrió un mes antes de la muerte de Martínez a causa de una enfermedad renal que en el último período lo obligaba a dializarse tres veces por semana. “Estuvo como diez años que se moría al día siguiente y no se moría; ¡Bah!, amaneciste vivo, le decía yo”, recuerda Eliana Rodríguez.

Mito o realidad. Pero todos esos datos se mezclaron con el imaginario de los jóvenes que se convirtieron en sus seguidores y especularon acerca de que le decían el “Loco Martínez” porque le gustaba pelearse con los choros del puerto; o que corría en carreras de autos clandestinas. No importa, nada de excepcional hay en esos actos que son realizados por cientos de personas. ¿Y una placa metálica en la cabeza por culpa de un accidente en moto?, lo de la placa descartado de entrada; ¿lo del accidente?: ya decíamos cómo la convalecencia posterior fue el momento en que decide dedicarse a la poesía. El acento estuvo en otras cosas. “Se dice que unos científicos de la NASA vinieron a hablar con Juan Luis Martínez, porque su poesía tocaba principios fundamentales de la física”, dice Felipe Gonzáles (25), estudiante de Pedagogía y lector aficionado a la obra de Martínez. “No sé si de la NASA, yo sabía que eran unos científicos, pero no de la NASA; y que no vinieron, que sólo le escribieron una carta”, señala Matías Ayala al ser consultado sobre este asunto. Y en efecto, el mismo Martínez lo comenta en una entrevista –la única- que dio a María Ester Roblero para Revista de Libros de El Mercurio en el año 1993, pero advierte que la visión de esos científicos le quitaba el humor a su poesía. “A él le daba mucha risa cuando llegaban esas cartas de la NASA preguntándole dónde había estudiado física”, advierte y confirma Eliana Rodríguez, y luego agrega: “Esos inventos le encantaban”.

Pero no es lo único que debe confirmar. Jaime Campos (22), estudiante de filosofía cuenta otra historia. “Sé que para conseguir La nueva novela hay que buscar a la esposa de Juan Luis Martínez en Quilpue y concertar una cita para tomar once junto a ella, en la que hay que explicarle los motivos de porqué quiere uno tener el libro, y si uno la convence te lo vende. Si no, adiós”, señala. “Si alguien quiere La nueva novela, me la pide, me deposita y yo la envío”, explica Eliana Rodríguez, descartando la visión romántica de la transacción; “Yo mantengo el precio que él [Martínez] dejó”, agrega, “que eran 200 dólares y punto, y se mantiene así, si el dólar sube o baja La nueva novela no baja”. Y es que el libro, fuera de su precio y su disponibilidad en el mercado, tiene otro valor y Cristóbal Joannon lo sabe.

Diez años después de conocer a Martínez, Joannon se convirtió en el compilador de Poemas del otro (2003), volumen que reúne textos inéditos más la entrevista que Martínez dio a Roblero y diálogos del poeta con la escritora Guadalupe Santa Cruz y el psicoanalista y filósofo francés Félix Guattari, entre otros. Joannon, cuando recién comenzaba la universidad, recibió de regalo de Eliana Rodríguez un ejemplar de La nueva novela y hoy delibera. “La nueva novela es una reflexión acerca del libro”, advierte, “acerca de sus límites, porque el libro no sería sólo aquello que ocurre desde la página 8 o 9 hasta que se acaba el texto, sino que el libro es el total, la tapa y la solapa también lo son”. Y agrega: “La circulación también es parte de la obra, por eso Martínez sabía quién tenía cada ejemplar”. En ese ejercicio de registro, el autor, aún con su intención de desparecer como tal, se vinculaba con su obra.

Pese a eso, el crítico de El Mercurio Luís Vargas Saavedra señaló que Juan Luís Martínez y toda su obra eran sólo un invento de los poetas Pedro Lastra y Enrique Lihn. En al entrevista dada a María Ester Roblero, Martínez también habla de eso y señala su agrado por irradiar una “identidad velada”, permitiéndole ser más literario que real. Hoy nadie cuestionaría que alguna vez existió un poeta llamado Juan Luis Martínez. Las especulaciones se han centrado en cuántos ejemplares de la segunda edición quedan disponibles a la venta y si habrá una tercera tirada. Constanza Ramírez (23), licenciada en Letras en la UDP y ferviente seguidora de la obra de Martínez, señala que el poeta pidió que una tercera edición se hiciera sólo veinte años después de su muerte, así que habría que esperar hasta el año 2013 para ver si eso sucede.

Vida después de la vida. Pero qué ha sucedido que el reconocimiento de una obra ha dado paso al fanatismo, y este a historias que necesitan ser confirmadas. Cristóbal Joannon trata de ensayar una respuesta: “Mientras menos información más mitos, porque respecto a [Enrique] Lihn hay harta información y no hay mitos”. Es una posibilidad. “Es curioso”, agrega Joannon, “estos movimientos muy calculados y estratégicos de Martínez tuvieron un efecto muy imprevisto, su voluntad de desaparecer tuvo el efecto de convertirlo en algo magnético”.

¿Y hasta cuando las historias? Joannon reflexiona acerca de esta pregunta: “Yo pensé que Poemas del otro podrían haber terminado con el mito, pero veo que no; tal vez una biografía muy completa donde no quede ninguna duda”. Brisa Muñoz, hija de Juan Muñoz Pollier (un amigo entrañable de Martínez) recuerda al poeta en grande y pareciera dar con una clave: “Yo tenía seis años, también vivíamos en Villa Alemana y jugaba con sus hijas; lo recuerdo muy alto, con grandes manos, cariñoso pero tímido, enigmático, con una risa de tono grueso; pero es que era tan chica y ya sabes que las percepciones se agudizan a esa edad”. Es que posiblemente todos seamos chicos aún.

viernes, septiembre 08, 2006

hoja de pre-reporteo 1

Tema del reportaje

La escuela de Perito criminalístico de la UTEM está formando profesionales a quienes se les ofrece una perspectiva laboral favorable, según lo establecido por la Reforma Procesal de 1997. Sin embargo, el futuro laboral se ve incierto para ellos.

Cosas que ya sé del tema y que sé que son así

1.- La Reforma Procesal de 1997 ha instaurado la existencia de una fiscalía, que se encargará de defender a las víctimas; y de una defensoría, que se encargará de llevar a cabo la defensa de los inculpados. Los Laboratorios de Criminalística de las policías (Carabineros e Investigaciones) se encargarán de aportar información a la fiscalía, mientras que, a través del Ministerio Público, los peritos universitarios podrán prestar servicios a la Defensa (los que logren, del gran número de egresados que habrá en los próximos años, conseguir alguno de los cupos en esta institución del gobierno)
2.- Algunos estudiantes de Perito Criminalístico desean ingresar a alguna de las policías por esta vía, luego de haber sido rechazados por el conducto regular.
3.- Otros estudiantes de esta carrera ni siquiera están al tanto de qué lugar podrán ocupar laboralmente hablando a propósito de la reforma procesal de 1997.
4.- Las policías no están dispuestas a aceptar nuevos miembros en sus Laboratorios de Criminalística que no provengan de la misma institución. O sea, los que esperan ingresar a las instituciones a través de la vía universitaria no tendrán posibilidad de hacerlo.

Cosas que no sé del tema y tengo que averiguar

1.- Necesito saber cuál es la impresión de los defensores que tendrán que trabajar con estos peritos y no con los de las policías.
2.- No sé con quienes ha trabajado hasta el momento la defensa, pues aún no hay egresados de esta carrera.
3.- No sé si es que estos peritos criminalísticos de la UTEM podrán desarrollarse laboralmente en el sector privado, en consultoras, por ejemplo; o si es que existe otra área donde se puedan desarrollar.

Con quién he hablado ya respecto del tema y qué me han dicho

1.- Yessenia Gutierrez, estudiante de Perito Criminalístico en la UTEM. Me dijo que está desencantada porque sabe que ellos están en desventaja frente a los peritos de las policías y que para trabajar en el sector privado se necesita de un capital para ser el dueño de una consultora.
2.- Jocelyn Yañez, Profesora de biología y actualmente estudiante de perito criminalístico. Me dijo que su objetivo es ingresar a alguna de las policías a través de esta vía. Además confía en lo que propone la Reforma acerca de que ambas partes (la fiscalía y la defensa) necesitan presentar pruebas y que en ese sentido los peritos tienen una función importante que cumplir.
3.- Yakaira Figueroa, estudiante de perito criminalístico. Me dijo que cuando salió del colegio quiso entrar a Investigaciones, pero que no pudo porque no tenía la altura exigida (1,70 metros)

Con quién tengo que hablar aún

1.- Miroslav Mimica, Director Escuela de Criminalística.
2.- Victor de María, Abogado Defensor Jefe de San Antonio (es mi amigo de la infancia, de esos que uno cuando es chico cree que es su primo porque lo ve más seguido que a la mayoría de los parientes).
3.- Jefe del Laboratorio de Criminalística de Carabineros.
4.- Algún representante del Ministerio Público.
5.- Algún perito que pertenezca a una de las policías.
6.- Más estudiantes.

Cómo voy a contactar a esas personas

1.- Miroslav Mimica, voy a ir a su oficina y le pediré una hora..
2.- Victor de María, ya dije, es mi amigo.
3.- El jefe del Laboratorio de Carabineros. Voy a ir l laboratorio. Está en Antonio Varas. El de Investigaciones está en la Panamericana Norte.
4.-El representante del Ministerio Público, aún no sé, de hecho no sé con quien exactamente tengo que hablar allá.
5.- Cuando hable con los jefes de los Laboratorios de las policías, les diré que me dejen hablar con alguno de sus “subalternos” (¿así se dice?)
6.- Para hablar con más estudiantes, voy a decirle a las tres chicas que ya hablaron conmigo que me contacten con sus compañeros.

Qué les voy a preguntar

1.- Al director de la carrera, acerca de las expectativas laborales.
2.- Al defensor jefe, acerca de cuan necesarios se hacen estos técnicos en el marco de la Reforma Procesal.
3.- Al jefe del Laboratorio de Carabineros, si es que existe algún sistema de ingresos especiales a la institución para profesionales o técnicos.
4.- A los funcionarios de las policías, si es que creen que los estudiantes estarán mejor preparados que ellos y si es que cree que habrá un clima de tensión en los sitios de los sucesos cuando lleguen unos u otros a tomar muestras. Y si en general unos entorpecerán la tarea de los otros.
5.- Lo mismo a los estudiantes.

Qué tipo de material no-entrevista estoy ocupando o voy a ocupar

1.- Documentos descriptivos de la carrera.
2.- Leyes.

martes, septiembre 05, 2006

segundo tema ¿tengo segundo tema?

Este es el asunto. Luego de la reforma al código de procedimiento penal del año 1997 los juicios pasaron de ser escritos a ser juicios orales, y con esto se produjo toda una transformación en la metodología del ejercicio de la justicia. Se creó el Ministerio Público, que es el organismo que dirige la investigación de los hechos que constituyen los delitos y para eso, se recurre a la labor de ambas policías (Investigaciones y Carabineros).
Este nuevo procedimiento penal contempla, además de la fiscalía (encargada de defender a las víctimas), a su contraparte, el defensor público, que tiene por objetivo defender a los imputados. Pero esta defensa no puede recurrir a la misma fuente que la fiscalía y por tanto surge la necesidad de que exista un cuerpo de técnicos superiores que pueda aportar (en la misma dirección que los laboratorios de criminalística de las policías lo hacen con la fiscalía) en las labores del defensor público.
Sin embargo, la alta demanda por esta carrera (en universidades como la UTEM, que pertenece al consejo de rectores, o sea es una universidad tradicional) genera que ya, desde las primeras generaciones de egresados de esta carrera, el futuro laboral sea incierto.
Hoy me contacté con una estudiante del último año de la carrera de Perito criminalístico y me contó que tiene algunos compañeros que esperan ingresar a Investigaciones o a Carabineros por esta vía; y también, que tiene otros compañeros que no pudieron ingresar a esas instituciones por diversas razones (como no contar con la estatura mínima) que ven en esta carrera una alternativa equivalente. Se me ocurre que ahí puede generarse un alto nivel de frustración, al comprobar, más tarde, que ni siquiera con ese título podrán ingresar ni a Carabineros ni a Investigaciones. La persona con la que me puse en contacto me dijo que mañana (martes) me daría el e-mail de varios compañeros suyos.
Mi amigo más cercano de toda la infancia es abogado y es el defensor jefe de San Antonio. Así que también voy a hablar con él. Voy a tratar (después de hablar con los estudiantes y con el defensor jefe de San Antonio) de hablar con el jefe del Laboratorio de Criminalística de Carabineros. La idea es ver cuan incierto es el futuro laboral de estos estudiantes, que aparentemente son una necesidad tras la Reforma Procesal.
Con respecto al otro tema, el de las lesbianas que se hacen pasar por hombres para meterse con chicas heterosexuales, ando buscando a la muchacha, que si mal no recuerdo se hacía llamar Alejandro. Me acuerdo de que una vez que hablé con ella me contó que el papá de la niña con la que estaba saliendo le quería pegar. En el fondo el señor se había olvidado que ese niño era una niña (que es por la razón que le parecía reprobable que estuviera con su hija) y le quería sacar la cresta como si realmente se tratara de un hombre. Ahí hay una cosa rara. No sé, yo creo que es importante. Hay una mezcla de discriminación y confusión: pegarle a la chica que se come a su hija, pegarle al chico que se come a su hija. Creo que me faltan las palabras para explicártelo mejor. Voy a tratar de buscarlas, porque siento que hoy en la clase no te lo vendí de la forma correcta.